Sol recién parido, el horizonte pelado,
el grandioso foco amarillo tibia las ramas
de los árboles ajados, y un pajarillo despistado
remolonea en su nido. ¡Condenado animal!
Aun no se habrá enterado...
La vida muere, la muerte no es vida,
y no es cierto que se vuelve de la oscuridad infinita,
ni se excita la carne del que al alma hieren.
¡Condenados bastardos! Vivos o muertos, dejad
que la corriente os lleve.
O Pau
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